miércoles, 4 de agosto de 2010

La Pregunta

Después de ese corto saludo, y aun con la ventana de conversación de él abierta, en mi cabeza siguen pasando esos cuestionamientos de si es debido, si es lo que había escuchado de el, entre otras cosas, todo infundado por mi natural forma de pensar mucho las cosas.

-Como se llama? – pregunta él, a lo que por su nombre en el Messenger, el perfil de Badoo, del cuál ya no estaba la existencia anónima del mío, y lo que ya había escuchado, confirmaba que definitivamente si era el, era Martin, mientras que de mi parte con mi mi cuenta de correo alterna, y ante la situación de mi amigo, miedo personal, y precaución prefería mantener mi real nombre por el momento aparte, alfin y al cabo, Qué es un simple nombre? Pensé

-Daniel- le respondí, confirmándole la cuenta de la cuál le hablaba. Las charla con Martin se desarrolla bastante bien, pasamos en poco tiempo en superar las típicas preguntas de cuando se está conociendo a alguien, y teniendo de cierta manera de mi parte, la ventaja de conocer algunos datos, y así de alguna forma, confirmo algunos, mientras otros eran para mi una total novedad. Aquella novedad de la cuál me hace mantener el interés de conocerle.

Entonces, las charlas se repiten, la cita normalmente es en las noches, Martin esta en vacaciones pero por la Universidad, estaba haciendo un vacacional, adelantando una materia, y en otras actividades que hacía que ocupara parte de su tiempo así que finalizando la tarde, y llegando la noche es un encuentro fijo entre él y yo como Daniel, para ese instante. El interés para hablarle de mi parte aumentaba, empiezo a apartar esos cuestionamientos iniciales, y simplemente me centraba en conocerle más, admiraba que siguiese hablándome a pesar de mantener mi negación a mostrarle si quiera una foto, entonces, me conocía a mi, sin la superficialidad de imagen, simplemente conocía mi yo aunque dentro de ese “Daniel” que era lo único que no me hacia ser completamente autentico. Era tal el punto ameno de hablarle, de conocerle, que alcanzaba hasta la madrugada las charlas, donde hablamos de todo, tocamos todos los temas y ya se sentía un gado de confianza e interés que no podía negar en lo que en indirectas a veces le hacía saber a mi manera.

-Nunca nos vamos a conocer en persona – le escribo un buen día cuando por naturaleza se habló del tema, y porque nuevamente aparecen los cuestionamientos que antes había dejado. Siento nuevamente el miedo, y aunque de mi parte quería no sentía que era debido. A Martin, parece no importarle. Pasamos de el simple Messenger, al celular, simplemente me dio su número, y al otro día de habérmelo dado, salgo de mi casa, camino unas 6 casa a la esquina donde entre varios negocios de comidas, hay un quiosco donde venden minutos, no quería que tuviera mi número todo ello plagado de ese temor infundado. Ese día simplemente después de varios repiques se desvió a buzón de mensajes, mi naturaleza curiosa, y el querer escucharle la voz, hizo que dos horas más tarde, en mi casa, resultara de mi celular marcándole, nuevamente a buzón, pero esta vez voy más allá:

-Hey llamaba para saludar, espero este bien, hablamos luego. Daniel- le dejó en su buzón de voz, no se hicieron comentarios sobre ese mensaje, y al otro día si pudimos hablar, cruzamos algunas palabras cortas, y las llamadas se hicieron cortas y no tan repetitivas, definitivamente nuestro punto de encuentro seguía siendo el mismo: El Messenger. Y no tardaron pocos días, para que después de mi negación a vernos, y el seguir como si nada pensando que ese capítulo, Martin, demostrara su inconformidad como nunca antes.

-Cuál es su juego?- me replicó para ese momento en esa ventana donde ahora de el se veía una imagen cortada donde se apreciaba parte de sus labios y que muchas veces bromeaba con decirle que no provocara (cosa que hacia), mientras mi imagen continuaba igual, el ojo de más de un mes, ante su pregunta, llena de inconformidad, trato de explicarle la situación pero sin hacerlo totalmente, solo pidiéndole que no se deje llevar por impresiones. Pero en realidad lo que me dijo me hizo ver lo evidente, que haber pasado tanto tiempo, charlándonos tanto, pasando a altas horas de la noche, conociéndonos, abriendo grados de confianza para contarnos tantas cosas, y logrando en mi un interés grande por él, y que al parece para el algo similar, todo ese conjunto de cosas estaban ya llegando al punto en el que esa parte injustificada necesitaba serlo, era claro que Martin esperaba eso, pero era claro que yo no sentía la seguridad de hacerlo. Esa pregunta, y mi pregunta: Que hacer? Era ahora lo que me resultaría responderme, Daniel, tendría que aparecer en el algún momento para Martin, pero conseguir ese momento? Cómo?

4 comentarios:

  1. Que video de encuentros...

    Pero esta interesante la historia.

    Muchas preguntas, ud es medio complicado, pero igual el man estaba como interesado.

    Chevere (Y)

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  2. wow esta linda la historia y interesante
    espero el proximo cacho
    grax por segirme =P
    te agrego a mi blog roll y te sigo un beso

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  3. Mmmm a nadar solo se aprende tirándose al agua.

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  4. Bueno, bienvenido por estos lados. Tienes una voz distinta y eso resulta muy interesante.

    Saludos.

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